Es uno de los siete arcángeles, aparece nombrado en primer lugar en el libro de Enoc, en los textos de Qmrán su nombre aparece como Sariel y le atribuyen el papel de comunicar a Noé el Diluvio Universal. En la tradición de algunas iglesias cristianas se le considera el regente del sol, un serafín cuyo nombre significa “Fuego de Dios” por lo cual es representado con tonos dorados, rojos y naranjas acompañados, algunas veces, de los colores blanco y el celeste.
En el Islam y en la iglesia ortodoxa es considerado el ángel que expulsó del paraíso a Adán y Eva, por ende en la tradición judía es el guardián del Árbol de la Vida. En la época de San Ambrosio, siglo IV d.C, fue muy venerado pero el año 789 d.C, en el Concilio de Aquisgrán se prohibió su culto, un poco antes, en al año 745 a.C, el Papa Zacarías, en el Concilio de Roma, prohíbe su nombre además de destruir todas sus imágenes en las iglesias romanas.
En Oriente el Arcángel Uriel tuvo gran autoridad en textos canónicos y en las iglesias donde se puede encontrar la imagen del Pantocrátor rodeado de cuatro arcángeles que representan cada uno de los puntos cardinales. Así, en esta parte del mundo el Uriel se suma a los tres arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael que tienen autorización de culto desde el Concilio de Letrán.
En la tradición judía, entre los relatos apócrifos se acepta que el arcángel Uriel fue quién participa de manera directa en la crianza de San Juan Bautista, llevando a sus padres a Egipto, donde se reúnen con María, José y Jesús, librándose de la persecución que ordenó el rey Herodes a los infantes de la época del nacimiento de Jesús. Por otro lado en el Apocalipsis de Pedro, se presenta como el ángel del Juicio Final. Por lo anterior, es visto como el `arcángel de la Salvación, mostrándonos como sanar los aspectos de nuestra vida que necesitan intervención divina ya que con su ardiente espada purifica y transmuta las energías bajas e ilumina nuestro entendimiento espiritual.
Es considerado como el arcángel que rige el plano mental, a cargo de nuestros pensamientos e ideas, de la percepción, el juicio, la astrología y se dice de él que entregó la alquimia a los hombres ya que nos une con las dimensiones asistentes para indicarnos como encontrar nuestro poder interior para generar un cambio o elevación de la consciencia o sea realizar la alquimia interna. En consecuencia, su atributo que es una llama de fuego otorga a los humanos el despertar de conciencia.
Como es un arcángel que apoya la “iluminación”, se le conoce como él que posee la llama rubí, entre sus misiones destaca la de purificar nuestra alma y cuerpo, nos asiste en la transmutación del karma y, también si nos encontramos frente a una situación de adicción, auxiliándonos a trascender nuestras partes oscuras. Como arcángel que ayuda a encender el fuego eterno e interno presente en cada uno de nosotros se le atribuye ser el patrón de quiénes buscan suprimir el desconocimiento de la verdad, entre ellos profesores, lideres espirituales.
En los escritos gnósticos es llamado Suriel y considerado el regente de las siete esferas planetarias.
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