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Hoy voy ha hablar de una parte de nuestro cuerpo que ocultamos con el calzado y que representan nuestra conexión a la tierra, nuestros pies. Me remito a ellos ya que su lavatorio es uno de los gestos que se realizan en jueves Santo junto con otros como son la visita a los siete templos y la última cena.

Es muy frecuente ver la imagen del Papa lavando los pies de ciertas personas, escogidas como recordatorio del acto por medio del cual Jesús, en un acto de humildad, limpia los pies a sus discípulos, con la intención de manifestar su ejemplo de amor y servicio a los semejantes. En esa época las personas de la antigua Roma, Imperio bajo el cual se encontraban las zonas frecuentadas por Jesús y sus apóstoles, tenían un sin número de modelos de zapatos que se utilizaban según la clase social a la cual se pertenecían, se desprende de esto que los esclavos eran las personas que no tenían calzado por ende más cercanos a la tierra.

Los pies simbolizan el universo donde nos anclamos, como lo comprendemos y la manera de relacionarnos con él. Además, encarnan la manera como nos nutrimos de la vida, son el toque con la madre tierra y su energía nutricia por lo tanto también se refieren al modo en que cada uno establece las relaciones con su propia madre. En ellos se pueden observar la totalidad de nuestras vivencias, son una radiografía de nuestro ser, entregando información sin tabúes de como es nuestra visión del mundo y de que manera nos paramos en ella. Los pies nos invitan a estar en el presente en el «aquí y ahora”. Existen, en consecuencia, en este mundo físico para situarnos en un lugar y tiempo determinados, para sostenernos e impulsarnos a progresar en este plano, aportando estabilidad en tu andar hacia el objetivo deseado con seguridad y confianza en la Divinidad.

Por ende, en los pies podemos observar tres magnitudes que son la corporal, mental y espiritual, que nos permiten reconocer cuál es nuestro estado en Unicidad. Por ello, en el camino del autoconocimiento es importante establecer una relación con nuestros pies, iniciando un registro de lo que encontramos al estar en contacto con ellos, como se sienten al ser acariciados por nuestras manos, que es agradable para ellos, que es rechazado porque de esta manera podemos hacer conscientes algunos temas o áreas que están en nuestro inconsciente.

Según la teoría de la correspondencia, que es uno de los aspectos fundamentales de los simbolistas, una de las correspodencias más destacada es la de los doce signos del zodiaco con los meses del año. Sin embargo,  en esta línea también destaca la correspondencia de cada signo con una parte del cuerpo, donde el signo de piscis corresponde a los pies y acuario a las piernas. Esto nos remite a la importancia que tiene el lavado de los pies y su significado al ser introducido de la manera en la cual lo hace Jesús, cómo nos invita a estar en comunión y conexión desde nuestra esencia no sólo con el padre creador sino también con la Madre Tierra y la Madre Cósmica, como nos invita a estar en unicidad con nuestro lado femenino y masculino, por eso los pies se refieren a este aspecto, tal como lo mencionamos con anterioridad. Uno vez alcanzado este equilibrio, podemos avanzar con nuestras piernas tal como lo plantea el simbolismo de acuario. Estamos comenzando este avanzar, transitamos por el camino correcto, una vez firmes en nuestros pies vamos avanzando con nuestras piernas a paso firme por la nueva era.

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