En nuestro recurrido de la Jerarquía celestial, hoy nos introducimos al tercer escalafón, el más cercano a los humanos, el compuesto por Principados, Arcángeles y Ángeles. Los Principados son conocidos como los ángeles integradores, su misión es cuidar de la creación y velar por la naturaleza o manifestar el dominio de Dios de la naturaleza. Por lo anterior, conducen a las demás energías positivas, indicándoles lo que deben hacer y gobiernan la realización de las disposiciones divinas.
El nombre principado hace alusión a que ejercen poderes principescos, tal como indica su nombre y, así mismo, a la competencia de tornarse ellos plenamente hacia el Principio que está por encima de todo principio, y, ejerciendo de guía para otros, orientándolos a la Divinidad. Por esto, los Principados cuidan las disposiciones de los reinos y se comportan como espejo de Dios al simbolizar el “principio de todo”. Se ubican encima de la tierra, recibiendo los rayos directo desde la Fuente, ellos reciben y anclan las cósmicas energías por medio del magnetismo.
Los Principados son representados con un manto de color azul, que se vincula a la unión que mantienen con María Madre, unido a su característica de magnetizar las energías que está relacionado con la capacidad polar femenina. Además de ello, su capa de color azul se vincula al Arcángel Miguel, jefe de las milicias celestiales. Se distinguen porque se les representa con cetros y cruces, están presentes en gran número donde hay concentración de personas como eventos sociales, deportivos, conciertos, manifestaciones erigiéndose en este sentido como guardianes de las naciones por esto, también, están a cargo de velar y regular por el bien común de estas configuraciones humanas, sus ciudades, villas y pueblos.
Los principados son un escalafón de vigilantes y conductores. Revisan de cerca las acciones de los gobernantes, reyes y jefes espirituales de los hombres. Así mismo, presiden a los ángeles buenos y tienen a su cargo legiones de ángeles que acatan lo que ellos les indican, mayormente son ángeles instruidos por Miguel Arcángel. Tienen la virtud de poder recorrer los confines del mundo humano en su totalidad con consentimientos especiales para poder cuidar el comercio, la política, la religión entre otras cosas.
Los principados son los que trabajan con el equilibrio de los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego), realizando un círculo perfecto de los mismos. Asimismo, se encargan de vigilar a los seres elementales como duendes, hadas, gnomos, sílfides, para mantener el equilibrio celeste
Según los ángeles de la cábala, el príncipe de los Principados es Haniel o Daniel que significa gloria o gracia de D os. Coincidentemente con la idea que mencionamos en párrafos precedentes, donde destacamos su capacidad de magnetizar y su vinculación con lo femenino, este cuerpo de la jerarquía celeste se ubica en el árbol de la vida en el séptimo sefirot, que corresponde a la esfera de Venus, es decir al aspecto femenino de la divinidad, correspondiendo a la esfera del sentimiento. Haniel nos ayuda a resolver problemas de Amor, fue maestro de David.
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