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Las mujeres desde muy antiguo se encuentran presentes en el mundo religioso siendo un grupo importante en la estructura jerárquica, ocupando, incluso, posiciones importantes en la toma de decisiones. Por ejemplo, en Egipto existe la figura de las Phylaí, que realizaban tareas vinculadas a los ritos funerarios y eran las esposas de altos oficiales. Con posterioridad, al Reino Antiguo se puede afirmar que sus labores toman un cariz diferente dedicándose al culto de diosas y dioses, como músicos y bailarinas. Más tarde su actividad se amplió en el seno del culto de los dioses y diosas, como músicos y bailarinas.

En Egipto Antiguo no se encuentran indicios que las mujeres fueran un grupo aparte del mundo masculino en las labores religiosas o de culto, aunque la importancia de la mujer en el clero sufrió variaciones a lo largo de su historia. Su ascenso a cargos importantes en el Reino Antiguo se vio mermado en el Reino Medio y volvió a resurgir durante el Reino Nuevo. Según Vázquez es en este instante cuando se da el acceso a la mujer a cargos de relevancia, a través del vínculo matrimonial con algún sacerdote lo que les otorgaba un status social más alto.

En el caso de Grecia, en la época anterior a la invasión Helena (Guerra de Troya) las mujeres ocupaban los más altos cargos sacerdotales en paralelo con el ejercicio del poder real, llegando a ser juezas en los santuarios elevados a la advocación de las diferentes diosas del panteón, además de mantener el culto. Con posterioridad la presencia de la mujer fue sometida y vinculada a grupo de sacerdotisas donde cada uno tenía funciones especiales relacionados con las dioses o diosas que tenían a su cargo. Entre ellas, por nombras algunas, existían las Herésidas que eran las Sacerdotisas que ejercían el patronato sobre el Oráculo de Argos, las Epigeas, las Temistiadas y, las más famosas, las pitonisas que eran las sacerdotisas que estaban al frente del Oráculo en Delfos.

Las pitonisas eran sabias, tenían dones poéticos y actuaban como escritoras, sus oráculos eran muy honrados, pronunciaban sus oráculos en verso pero para conectar con las divinidades, realizaban ritos mágicos como bañarse en fuentes de agua especiales, creían que gracias a la imitación de la magia, la inspiración conectaba con ellas. Cuando se dejó de lado la etapa matriarcal y comienzan a rendir culto a Apolo, dejan de ser las jóvenes virtuosas y comienzan a ser elegidas con más de 50 años, uniéndose el hecho que la formulación de los oráculos pasó a manos de sacerdotes, y las pitonisas se transformaron en unas médiums, bajo el control de los poderosos sacerdotes, puesta en trance mediante vapores narcóticos, la masticación del laurel, la autosugestión o la hipnosis.

En la Roma antigua el sacerdocio romano llevado por mujeres fue el de las vírgenes vestales que tienen su origen aproximado entre los siglos VII y VI a. C. cuando Roma comienza a avanzar en una vida “citadina” y, ellas heredan el cuidado del fuego sagrado, que era primitivo porque existía en los hogares de las casas, bajo la forma de Lares. En un principio el conjunto de las vestales está conformado por a las mujeres de más alto rango en el escalafón social romano, pero con el avanzar de los siglos, se observa que el ministerio de las vestales se adaptó a los nuevos tiempos y encontramos entre ellas a mujeres plebeyas y del bajo pueblo Entre muchos de sus deberes encomendados, aparte de vigilar el Fuego Sagrado, tenían la ejecución de rituales para la protección de la comunidad, su fertilidad, prosperidad y purificación. Además, estaban al cargo del cuidado de objetos importantes para la ciudad y la preparación de sustancias sagradas usadas en los rituales por el resto de los sacerdotes.

Uno de los aspectos más importantes para las vestales era el deber de mantenerse virgen hasta la treintena, disfrutaban de beneficios que las ubican por encima del resto de hombres, incluso por sobre los patricios. Estas seis mujeres que desempeñaron su sacerdocio dentro de la religión tradicional romana desde los albores de Roma hasta el año 394 d. C. cuando se extinguió el fuego sagrado de Vesta al triunfar el cristianismo sobre los paganos.

Por otro lado, la función de la mujer como sacerdotisa, independiente de las vestales, está limitada tanto por su escasa actividad pública, como por normas rituales de tradición muy antigua. Los historiadores afirman que en las excepciones que se hacen presentes las mujeres asumen labores masculinas, realizándolas a título personal y no, como en el caso de Egipto, por ser esposa de un sacerdote, aunque también puede acaecer esta situación. Por lo general, sirven a diosas, pero tienen un rol destacado en los cultos cívicos y de forma muy destacada en el imperial, es decir en el culto al Emperador.

En estos casos descritos, vemos que el hombre se comunica con las fuerzas sobrenaturales de dos maneras, por una parte, utiliza la magia y, por otro tiene a la religión. Lo anterior nos lleva a recordar que el sacerdocio no es igual en todas partes y que el concepto y su significado va a depender de la sociedad a la cual nos estamos refiriendo.

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Referencias:

Vázquez Hoys, A. https://www2.uned.es/geo-1-historia-antigua-universal/egiptoreligion_sacerdotisas.htm. Disponible en: http://galeon.com/martin-cano/sacerdotisas7.htm. Fecha consulta 26 de mayo de 2022.

Martín Cano, F. (2009): Actividades de diferentes Sacerdotisas, representantes de Diosas, a las que personificaban. Recorrido por diferentes sociedades de principios de la época histórica(de Grecia). Disponible en: http://galeon.com/martin-cano/sacerdotisas7.htm. Fecha consulta 25 de mayo de 2022.

Beard, M., North, J. (1990) Pagan priests: religion and power in the ancient world. Duckworth. Londres.

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