La rosa, utilizada por los arquitectos medievales y por los alquimistas, simboliza el despertar de la materia a la vida, al tiempo que nos indica su transitoriedad, cuando la luz desciende a la tierra. Así mismo el rosetón de las iglesias medievales iluminaba e incitaba al encuentro con la luz y a la entrada al templo físico pero también es una llamada para ir al encuentro del mundo interno. Por ello, en el famoso ritual de la masonería Egipcia, de Cagliostro, se explica que los iniciados deben ser rodeados con una corona de rosas porque «es el recuerdo perfecto de que la primera materia no se puede obtener sin penas y trabajos». De esta manera, la rosa, representación de la vida y la luz divina toma el protagonismo hoy.
La rosa, por su belleza, su forma y su perfume, es considerada la reina de las flores, y la flor más emblemática utilizada en Occidente. Su nombre es legado del latín rosa que deriva a su vez del griego antiguo rhódon y hace alusión a la “flor del rosal” que nos remite a la ciudad de Damasco ubicada en Siria, Medio Oriente donde fueron cultivadas en los Jardines Colgantes de Babilonia (2845 A. C.). Por ello, no es extraño que una de las primeras imágenes utilizadas de una especie de rosa se localice en la Isla de Creta en el palacio de Cnossos. Así mismo, la isla de Rodas recibe este nombre por el cultivo de las rosas, donde se acuñaron monedas c.4000 A.C con imágenes de ellas.
Las rosas fueron muy populares también entre griegos y romanos. En la «Iliada», Afrodita embalsama con aceite de rosas el cuerpo muerto de Héctor. En Sybaris los habitantes acaudalados llenaban sus colchones con pétalos de rosas, de allí la expresión actual de ser criado en un «lecho de rosas”. Dé La rosa es utilizada en el mundo occidental como alegoría o metáfora, de esta manera la podemos observar en diferentes civilizaciones que utilizaron su imagen asignándole distintos significados que han sido asociados a creencias, convicciones y presunciones que la posicionan sobre la flor del loto egipcio o el narciso griego como símbolo de la belleza, del amor y de la felicidad.
La botánica Carme Barceló de la Universidad de Barcelona plantea que la rosa original tenía cinco pétalos, para luego complejizarse, pero con la llegada de variantes chinas a Europa (1792 Benzi y Berliochi. Historia de las plantas en el Mediterráneo) para facilitar el florecimiento continuo de éstas, en condiciones favorables se da origen a todas las rosas de jardín de los últimos dos siglos.
La rosa es así mismo el símbolo de poderío, de instrucciones espirituales, pero también de regeneración, resurrección e inmortalidad. El rosetón gótico y la rosa de los vientos muestran claramente el paso de la simbología de la rosa a la de la rueda. Y es símbolo de éxtasis o de renacimiento místico, prueba de esto es que en la Divina Comedia, cuando Dante llega al final de su camino, en el paraíso, al último de los cielos y presencia la comunión de los santos, nos indica que la milicia santa se presenta en forma de rosa, y gracias a su sangre Cristo la hace su esposa.
La diosa del amor griega, Venus, era representada como rosa,concha, paloma, manzana, ceñidor, mirto. Desde el ocaso de la edad media hasta la actualidad, la rosa es la alegoría del amor y forma parte de la decoración pictórica y, también, de la ornamentral en ocasión de la celebración de él, para confirmar esto podemos observar su utilización en los arreglos florales de novias y matrimonios, una de las razones poor la cual el color rosa recibe los atributos de la carne y de la sensualidad, o los afectos.
Por su parte, los gnósticos desarrollando la idea de que el rosa es el color de la carnación, lo consideraron símbolo de la resurrección. El rosa que resulta de la combinación del rojo y el blanco por consiguiente desde la alquimia se manifiesta en la rarísima rosa blanca y roja, que simboliza la unión del agua y el fuego, (Juan Bautista representa el agua y Jesús el fuego), que en el simbolismo místico puede representado por el lirio y la rosa. Cuando dos colores se expresan o contraponen en el terreno de lo simbólico, el inferior siempre tiene la condición de femenino y el superior de masculino, en este caso propuesto, la contraposición blanco-rojo, nos indica que el primero, el lirio, es inferior y femenino y el segundo, la rosa, superior y masculino, todo esto determinado por la jerarquía del círculo de colores de la alquimia.
Hablando de lo inferior, si miramos a la rosa en su parte de abajo, nos damos cuenta que esta posee espinas, en contraposición a la suavidad de sus pétalos encontramos a la espina que tiene relación con el eje del universo y por ende, de la cruz, se conjuga, son la presencia de ellas, la dualidad el extásis y la angustia, el placer y el dolor. La rosa abierta, emblema de la inmortalidad y el amor, tribulada por un círculo de espinas, en forma de corona, que nos recuerda como debemos someter nuestros pensamientos y guiarnos por el corazón.
En base a lo anterior, en el psicoanálisis se plantea que la rosa, entre otros elementos como la unión del cuadrado y del círculo, simboliza la finalización del proceso de individuación, que si lo traspasamos al misticismo nos habla de la salvación, donde se alcanza la imagen que Dante relata en su encuentro con Beatriz, dejando de lado las imperfecciones y los aspectos terrenales para llegar al encuentro con su propia Divinidad, al encontrar su propia pareja mística, su encuentro con el mísmo, con el despertar de su corazón crístico y, en consecuencia lograr la unión con Dios, volver al Paraíso de la mano de su amada Beatriz y nosotros con todo nuestro poder.
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