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Hoy 30 de mayo celebramos en el santoral a Juana de Arco quién para  Etienne Pasquier (7 de junio de 1529, París-1 de septiembre de 1615 París)  es «un verdadero prodigio de la mano de Dios». Ella que cinco siglos después de su muerte fue declarada patrona de Francia. Nacida el 6 de enero de 1412, el día de los reyes magos, en Domrémy, una villa en la región de Lorena, ubicada al noreste de la Francia actual.

Tiene sus orígenes en una familia campesina acomodada, hija de Jacques D`Arc (los historiadores plantean que hay una serie de grafías para escribir su apellido que son o no coincidentes con D´Arc) e Isabella Romée, aunque ella ocupaba, con agrado, el apodo de «la Doncella» (la Pucelle), como era nombrada por franceses e inglese. Su infancia tiene como trasfondo la guerra de las dos rosas que cuenta con casi cien años de duración y, en el momento de su irrupción en la historia, la nobleza francesa presenta al duque de Orleans muerto; Ruán rendida; París asolada por la peste, desolada por el hambre y las enfermedades, agregando que se encuentra en manos de los ingleses; Orleans sitiada y, los nobles galos se encuentran en una situación de aniquilamiento casi total. En este momento, una joven que aseguraba actuar “inspirada por mandato Divino” lidera a el ejército francés alcanzando triunfos a partir de 1429, logrando los Valois restaurar su monarquía con la liberación de Orleans y tras la Capitulación de Burdeos, los ingleses solo mantendrían Calais bajo su poder.

En su adolescencia, a los 13 años hacia 1425, Juana comienza a percibir voces o manifestaciones que serán cuestionadas más adelante y que ella en su juicio llama de “un consejero”, exponiendo que esta voz hablaba muy cerca de ella, siendo esta acompañada por un fulgor. Posteriormente, devela que a las voces se le añaden visiones donde reconoce a San Miguel Arcángel, escoltado por otros ángeles, Santa Margarita, Santa Catalina y que se manifiestan “sin que yo las llame” y que “nunca me faltan cuando las necesito”.

La misión encomendada fue ayudar al Delfín Carlos, inmovilizado en Orleans, liberar a la ciudad y expulsar a los ingleses. Ella no fue oída en sus primeros intentos de dar a conocer su mensaje, hasta que acude directamente al rey de Francia, a quién reconoce en un gran salón repleto de cortesanos gracias a sus voces. Fue considerada orate por muchos, incluido el propio rey quién cambia su posición cuando la Doncella le dice algo que sólo él conocía y que estaba relacionado con su nacimiento.

Luego de este suceso fue enviada a un comité de sabios conformado por civiles y eclesiásticos que aprobaron que era una joven que tenía acceso a Dios por medio de las voces que escuchaba y que había sido enviada para la salvación del Reino.

Comienza su peregrinaje, logra triunfos y finalizar con el sitio de Orleans, cuando prepara otras campañas fue tomada prisionera por el Duque de Luxemburgo y vendida a los ingleses por quiénes fue acusada de ser instrumento del mismo Satanás, ya que éstos heridos en su orgullo, al ser derrotados consecutivamente por los ejércitos franceses liderados por ella,  querían restituir su fama. Nadie la defendió, ni siquiera el rey de Francia, cuando en París es investigada por jueces eclesiásticos en busca de su abjuración. Sin embargo, sus respuestas elocuentes, reales y sinceras dejan sin habla a los jueces y hacen complejo encontrar la causa para condenarla.  La presión ejercida por “los enemigos a ella”, ingleses, Borgoñones y la Universidad de Paris determinan los días finales de Juana, solucionada por su extracción social ya que su condición era muy baja para que Dios la inspirara.

El proceso eclesiástico que tiene lugar en los últimos meses de su vida estuvo motivado con lograr expulsarla de la iglesia por sus prácticas supersticiosas, vinculadas a la magia y los encantamientos. Sin embargo, la salud de Juana indicaba que no resistiría muchas torturas y los inquisidores deseosos de un juicio público y ceremonioso, ideal para la mentalidad de la gente del siglo XV, aceleran el proceso que se ve beneficiado por la vestimenta masculina que Juana utilizaba a causa de ultrajes e intento de violación, que había sufrido por parte de sus captores.

Para condenarla, a lo anterior se une el rechazo su abjuración y su declaración que nadie podría demostrar que ella hizo algo en contra de la Fe Cristiana, lo que la coloca de lleno en la hoguera. Este era el castigo que más temía porque había incluso declarado en su proceso que prefería morir decapitada.

La sentencia se cumple el 30 de mayo de 1431 en la plaza del mercado de Ruán, ciudad liderada por un obispo amigo de los ingleses, donde asisten más de diez mil personas. La doncella vestida con el atuendo destinado a los herejes, con un capuchón mancillador y acusador, rezó de rodillas, beso un crucifijo y comulgó antes de morir calcinada.

Juana se presenta como una mujer discordante para su época, las acciones y el liderazgo ejercido por ella, que se refleja en los relatos de la época o en su propio proceso, la llevan a transformarse en un heroína, sin precedentes registrados en la historia. Ella se desenvuelve tanto en su personalidad como en su vida en las polaridades que encontramos en este mundo o tercera dimensión para mostrarnos los dones a los que podemos optar cuando actuamos en unicidad, en concordancia con al plan de nuestra alma y siguiendo los dictados de nuestro poder creador, haciéndonos patente que todos podemos alcanzar las dimensiones superiores y comunicarnos con ellas, que no tienen ni tiempo y espacio. Si bien, como ocurre con sus coetanios , es algo que asusta, llama la atención, molesta o no es comprendido por muchos, cada uno de nosotros puede contactar con su propio centro Crístico, que es reflejo fiel del Creador y en ese encuentro se produce prodigios maravillosos, porque estamos bajo el propio amparo del Creador. Por esto, cuando se habla de Juana como bruja o adoradora del diablo esta es una incriminación impropia, por lo que representa el encuentro con la divinidad y porque en su época no era válido porque será, recién, cercano al 1600 cuando esta situación sea causa de persecución en la Iglesia.

La Doncella fue condenada por no aceptar la autoridad de la Iglesia, situación parecida a Jesús cuando se presenta por sobre la Ley de Moisés y el Templo, al igual que los primeros cristianos prepaulinos que no dudaron de Jesús, los juzgadores de Juana no dudaron nunca de la fe profesada por ella, de lo contrario no le hubieran permitido comulgar, ni rezar antes de su muerte como una sanción o humillación más a su condición. Lo que fue castigado en Juana, aparte del orgullo herido de los ingleses, fue su declaración de ser inspirada por Dios, por sus voces, por la confianza en Él, que le lleva, a ojo de los hombres, a enjuiciarla como “arrogante”, cuando en realidad actuaba como espejo de ellos y que, por último, la condena a su “vestimenta impropia de una mujer” responde más bien a una sanción del propio mundo del patriarcado a sus dictámenes.

En consecuencia, en el año 1450, cuando por presión popular, la iglesia acepta rehabilitarla en el seno de ella para posteriormente canonizarla en el año 1920, no es a causa de sus acciones por las visiones en nombre de Dios, ni mucho menos por ser mártir, sino por haber sido “sencilla, honesta y buena cristiana”, no nos habla de su fe, no reconoce su conexión con la divinidad, nos habla de las cosas tangibles que fueron sus acciones, independiente de la inspiración divina que pueden presentar.

Si nos remitimos al papel de la mujer campesina en la edad media, Juana estaba destinada a cumplir con la normativa social, si la muerte no llegaba temprano a causa de las condiciones sanitarias de la época. Las féminas eran pecadoras sin voz y la “ley de Dios”, interpretada por un clero de dudosa reputación, aunque existían excepciones, la obligaba a aceptar sumisión eterna pasando del padre al esposo y Dios. Por ello, esta analfabeta de formación religiosa “limitada”, enseñada por sus padres, misas dominicales o sermones a causa de alguna ocasión especial, recordó una semilla que anidaba en su corazón y que era necesario cultivar en el mundo en el cuál vivía para producir los cambios que anhelaba, por esto también puede ser considerada como una visionaria y adelantada a sus tiempos ya que cree en su poder interno, en su capacidad creadora de realidades y está dispuesta a dar la vida por ella.

¿Estarías dispuest@ a ser una Juana de Arco en el mundo actual? ¿Qué limitaciones tendrías? ¿Qué miedos debes superar? ¿Sigues los dictados de tu alma?, ¿Tienes fe y confianza en ti? , ¿Tienes confianza en las dimensiones superiores que te sostienen?

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