Continuando con el tema de las jerarquías celestes, hoy corresponde el turno a los Tronos, que se ubican en la tercera posición de la corte celestial detrás de Serafines y Querubines. Si consideramos la Jerarquía de los Ángeles de manera descendente son los que conforman la primera jerarquía celestial, al igual que los anteriores que hemos mencionado.
Los Tronos son considerados como energías amantes de la estética y la belleza, por ello su iconografía está asociada a jóvenes de apariencia atractiva que tocan instrumentos musicales o bailan con belleza y armonía. En su cabeza poseen un halo de cristal y dos alas largas de forma circular que le nacen a sus costados.
Los Tronos aparecen mencionados en las cartas de San Pablo; en Colosenses 1, 16 se refiere a ellos de la siguiente manera “Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de Él y para Él”. Aquí no solo se refiere a la jerarquía que nos convoca sino también a las dominaciones, principados y potestades, de los cuáles hablaremos en otra ocasión. Así mismo, en la carta de los Efesios 1, 20-22 también los nombra y nos deja patente su existencia.
No sólo San Pablo nos habla de ellos, son considerados por San Gregorio Magno quién plantea que son el lugar donde Dios se sienta y que por medio de ellos dispone los juicios. Es decir, serían el lugar desde donde Dios imparte justicia. Por su parte, Santo Tomás de Aquino nos indica que ellos pueden conocer directamente las razones de las acciones divinas. Por ende, estos miembros de la Jerarquía celestial nos ayudan a rectificar en el camino del verdadero amor que es seguir a Dios mismo.
Este coro es llamado por algunos santos como “secretarios íntimos y particulares de Dios”, por ello desde aquí Dios te el libre albedrío para que vayas, con tus elecciones, despertando tu corazón Crístico interior, el rol de los Tronos consistirá en ir registrando las acciones que realizas para que en el momento del juicio seas evaluado por Dios pero la acción de apuntar tus acciones tiene la finalidad de hacerte recordar tus capacidades para cocrear tu realidad, a imagen y semejanza del todo creador. Además, te indica que tienes el poder y la capacidad de realizar todos tus sueños y que mejor si están alineados con los dictámenes de tu alma cooperando a elevar la vibración espiritual de esta dimensión de acuerdo con el plan divino.
Los Tronos tienen un tamaño superior al resto de los ángeles lo que les otorga una apariencia imponente, unido a su función de ser le energía que por medio de la cuál Dios ejerce justicia y misericordia Divina, los lleva a ser conocidos como los ángeles del rigor. A pesar de lo anterior, estos ángeles son humildes, poseen nombres cortos y físicamente se manifiestan como alas circulares que reflejan los colores del arcoíris. Dionisio, el Pseudo Areopagita nos habla de ellos indicando que «El nombre de los sublimes y más excelsos tronos indica que están muy por encima de toda deficiencia terrena… han entrado por completo a vivir para siempre de aquel que es el Altísimo …» Iconográficamente se ven como «Ruedas» que conducen el carro de Dios.
En consecuencia, son llamados los portadores de Dios, porque Dios moldeó su materia y los colmó de su energía por lo cual el servicio que cumplen es llevar el trono de Dios en el Paraíso y alabarlo. Onfanines u Ofanines, o Galgalines son identificados como Tronos, presentándose lo primeros como ruedas y los segundos como torbellinos, lo que lleva a describirlos como las “grandes ruedas” o los de “múltiples ojos”, en otras palabras serían el carruaje de Dios.
Caliel, Leiael, Melahel, Nelchael, Pahaliah, Leuviah, Haheuiah y Lauviah, son los nombres por los cuáles son conocidos, están asociados a los colores amarillo e índigo y la sugerencia es ofrendarles flores y perfumes de lavanda, siendo el día dedicado a ellos el sábado. Su campo de acción está situado entre el cielo y la tierra por lo que se relacionan directamente con las acciones de los hombres. Por esta razón llevan un registro de todos los karmas, las anotaciones de nuestras acciones que mencionamos con anterioridad, y de todo aquello ocurrido en todos los tiempos. Tienen autoridad sobre cualquier división que exista en el mundo.
Los dones que portan los Tronos y nos ayudan al despertar Crístico en esta encarnación son: el respeto, el desapego, la libertad, la armonía, plenitud y benevolencia, que apoyan a que la energía divina esté en el lugar justo, y nos sea otorgada la perseverancia necesaria para manifestar nuestra unión con la divinidad. Estos dones nos indican que su misión es la contemplación de Dios y ser los guardianes del Universo.
Los Tronos nos ayudan a que nuestra existencia despierte y se fortalezca en el amor incondicional porque reciben de manera directa las perfecciones y conocimientos divinos.
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